COMUNICACIÓN: SISTEMAS TECNOLOGICOS EN LA FLECHA DEL TIEMPO. Carlos Colina

Comentario: trabajo practico nº 2

 

COMUNICACIÓN: SISTEMAS TECNOLOGICOS EN LA FLECHA DEL TIEMPO. Carlos Colina.

 

En este texto, Carlos Colina analiza las distintas líneas historiográficas de las tecnologías, centrándose en dos perspectivas:

 la corriente tradicional, lineal e instrumentalista  y la visión evolucionista del cambio tecnológico.

 

La corriente tradicional, surge en la época del iluminismo con la “ideología del progreso”. De ahí su impronta como “absoluta”, “determinante” y “avanzada”.

A su vez, esta perspectiva se relaciona con su consideración  lineal, que niega los procesos socio-históricos y las contingencias que influyen en los cambios tecnológicos.

Por otra parte es  “instrumentalista” por que, en lugar de analizar los procesos tecnológicos, construye una historia a través de la evolución de los artefactos (tal es el caso de la historiográfia sobre el computador).

  Para esta corriente, la tecnología es una entidad autónoma dado que sus innovaciones surgen de leyes naturales propias (similares a las de “mercado”) que configuran el panorama tecnológico independientemente de decisiones personales. Con esto, se deja de lado la influencia de factores sociales  y el tema de la ideología en el proceso de las decisiones tecnológicas. En este sentido, se la inscribe como “neutral”, ya que carece de una ideología dominante y por consiguiente de intereses económicos, políticos y culturales.

  Al respecto Leo Marx afirma : “a la tecnología se le atribuye el poder mágico de una entidad autónoma y objetiva, capaz de determinar el curso de los eventos” esto (la) conduce (..) a una interminable reificación”.

 

Desarrollada esta corriente tradicionalista, el autor la refuta con la perspectiva evolucionista o moderna, que se centra en “el cambio tecnológico”.

Las interpretaciones que surgen de esta visión,

“focalizan su atención en la contingencia histórica y en diversas experiencias que se alejan de todo determinismo. La racionalidad y la funcionalidad no son omniabarcantes y frecuentemente (está atravesadas por) el desorden.”

                                                                                                                                                                  (Colina, Carlos)*

 

 La sociedad es un campo de fuerzas y racionalidades plurales que influyen en los sistemas tecnológicos.

  Desde este punto de vista los procesos están determinados por una causalidad múltiple, que no solo responde a la parte “técnica” (eficiencia) o “economiza”(productividad). Siguiendo a Miege y Tremblay, hay otros actores que participan en los procesos de desarrollo tecnológico:

 

Las empresas privadas; mediante la estructura industrial y las estrategias económicas

El Estado; agraves de políticas, reglamentos e iniciativas.

Los usuarios con sus diversas utilizaciones sociales.

Los profesionales (ingenieros): mediante la valorización de los procesos tecnológicos.

 

No obstante a la enumeración anterior, la perspectiva moderna hace especial referencia al tema de los usos, que rompen con la linealidad expuesta desde la teoría tradicionalista.

 Sobre esto,  Martín Barbero sostiene que “El consumo no es solo reproducción de fuerzas, sino producción de sentidos”. En relación a esto, las funciones que se preestablecen desde la producción de las tecnologías no son siempre adoptadas de igual manera por el usuario. Más aún, estos pueden llegar a determinar la relevancia o no de los productos, siendo factores imprescindibles en el proceso tecnológico.

 

Esta categoría de análisis, da lugar a investigaciones más completas que permiten  entender a los procesos tecnológicos  en su relación dinámica con la realidad histórica y social, desglosando nuevos temas de análisis como: la redefinición de los espacios públicos y privados, el surgimiento de nuevas formas de identidad, las funciones establecidas y los usos desarrollados entre otros.

 

 

 

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